5 Enseñanzas budistas que pueden ayudarte a lidiar con la ansiedad por coronavirus
Los centros y templos budistas de meditación en países afectados por coronavirus de todo el mundo se han cerrado al público para cumplir con las medidas de distanciamiento social.
Pero los maestros budistas ofrecen sus enseñanzas a distancia para recordar a sus comunidades los elementos clave de la práctica.
En Asia, los monjes budistas han estado cantando sutras para proporcionar alivio espiritual. En Sri Lanka, los cantos monásticos budistas se transmitieron por televisión y radio. En la India, los monjes cantaban en la sede de la iluminación de Buda, el Templo Mahabodhi en el estado oriental de Bihar.
Los líderes budistas argumentan que sus enseñanzas pueden ayudar a enfrentar la incertidumbre, el miedo y la ansiedad que han acompañado la propagación de la COVID-19.
Esta no es la primera vez que los budistas ofrecen sus enseñanzas para proporcionar alivio durante una crisis. Como estudioso del budismo, he estudiado las formas en que se interpretan las enseñanzas budistas para abordar los problemas sociales.
Budismo comprometido
El maestro Zen Thich Nhat Hanh acuñó por primera vez el concepto de «Budismo comprometido».»Durante la Guerra de Vietnam, ante la elección entre practicar en monasterios aislados o comprometerse con el sufrido pueblo vietnamita, decidió hacer ambas cosas.
Más tarde ordenó a un grupo de amigos y estudiantes en esta forma de práctica.
En los últimos años, muchos budistas han participado activamente en cuestiones políticas y sociales en gran parte de Asia, así como en partes del mundo occidental.
Las siguientes cinco enseñanzas pueden ayudar a las personas en tiempos actuales de miedo, ansiedad y aislamiento.
Reconocer el miedo
Las enseñanzas budistas afirman que el sufrimiento, la enfermedad y la muerte son de esperar, comprendidos y reconocidos. La naturaleza de la realidad se afirma en un canto corto: «Estoy sujeto al envejecimiento subject sujeto a la enfermedad subject sujeto a la muerte.»
Este canto sirve para recordar a la gente que el miedo y la incertidumbre son naturales en la vida ordinaria. Parte de hacer las paces con nuestra realidad, pase lo que pase, es esperar impermanencia, falta de control e imprevisibilidad.
Pensar que las cosas deberían ser de otra manera, desde una perspectiva budista, añade sufrimiento innecesario.
En lugar de reaccionar con miedo, los maestros budistas aconsejan trabajar con miedo. Como explica el monje budista Theravada Ajahn Brahm, cuando «luchamos contra el mundo, tenemos lo que se llama sufrimiento», pero » cuanto más aceptamos el mundo, más podemos disfrutar del mundo.»
Practica la atención plena y la meditación
La atención plena y la meditación son enseñanzas budistas clave. Las prácticas de atención plena tienen como objetivo frenar los comportamientos impulsivos con conciencia del cuerpo.
Por ejemplo, la mayoría de las personas reaccionan impulsivamente al rascarse una picazón. Con la práctica de la atención plena, los individuos pueden entrenar su mente para observar el surgimiento y la desaparición de la picazón sin ninguna intervención física.
Con la práctica de la atención plena, uno podría volverse más consciente y evitar tocar la cara y lavarse las manos.
La meditación, en comparación con la atención plena, es una práctica más larga y más interna que la práctica de conciencia consciente de momento a momento. Para los budistas, el tiempo a solas con la mente es normalmente parte de un retiro de meditación. El aislamiento y la cuarentena pueden reflejar las condiciones necesarias para un retiro de meditación.
Yongey Mingyur Rinpoche, un monje budista tibetano, aconseja observar las sensaciones de ansiedad en el cuerpo y verlas como nubes que van y vienen.
La meditación regular puede permitir reconocer el miedo, la ira y la incertidumbre. Tal reconocimiento puede hacer que sea más fácil reconocer estos sentimientos como simples reacciones pasajeras a una situación impermanente.
Cultivar la compasión
Las enseñanzas budistas enfatizan los «cuatro inconmensurables»: bondad amorosa, compasión, alegría y ecuanimidad. Los maestros budistas creen que estas cuatro actitudes pueden reemplazar los estados mentales ansiosos y temerosos.
Cuando las emociones en torno al miedo o la ansiedad se vuelven demasiado fuertes, los maestros budistas dicen que uno debe recordar ejemplos de compasión, bondad y empatía. El patrón de pensamientos temerosos y desesperados se puede detener llevándose de vuelta al sentimiento de cuidar a los demás.
La compasión es importante incluso mientras mantenemos la distancia. El hermano Phap Linh, otro maestro budista, aconseja que este podría ser un momento para que todos cuiden de sus relaciones.
Esto se puede hacer a través de conversaciones con nuestros seres queridos, pero también a través de la práctica de meditación. A medida que los meditadores respiran, deben reconocer el sufrimiento y la ansiedad que todos sienten, y mientras exhalan, desearles paz y bienestar a todos.
Entendiendo nuestras interconexiones
Las doctrinas budistas reconocen una interconexión entre todo. La pandemia es un momento para ver esto con más claridad. Con cada acción que alguien toma para cuidarse a sí mismo, como lavarse las manos, también está ayudando a proteger a los demás.
El pensamiento dualista de la separación entre el yo y el otro, el yo y la sociedad, se rompe cuando se ve desde la perspectiva de la interconexión.
Nuestra supervivencia depende el uno del otro, y cuando sentimos un sentido de responsabilidad hacia todos, entendemos el concepto de interconexión como una verdad sabia.
Utilice este tiempo para reflejar
Los tiempos de incertidumbre, argumentan los maestros budistas, pueden ser buenas oportunidades para poner en práctica estas enseñanzas.
Las personas pueden transformar la decepción con el momento actual en motivación para cambiar la vida y la perspectiva del mundo. Si uno replantea los obstáculos como parte del camino espiritual, uno puede usar los momentos difíciles para comprometerse a vivir una vida más espiritual.
El aislamiento en el hogar es una oportunidad para reflexionar, disfrutar de las cosas pequeñas y simplemente ser.