Cómo Orar por su Búsqueda de Empleo
Encontrar trabajo puede ser muy estresante. Rastrear clientes potenciales, enviar por correo electrónico o cargar currículums, prepararse para las entrevistas y asistir a ellas, y simplemente establecer contactos en general, puede ser abrumador. Es fácil sentirse frustrado y desanimado cuando la marcha es lenta.
Recuerdo una búsqueda de trabajo particularmente difícil hace años, cuando mi hija tenía tres años y estábamos esperando a nuestro segundo hijo. Estaba sin trabajo, y vivíamos con mis padres. Esto fue antes de Internet y los correos electrónicos. Estaba enviando cartas de presentación y curriculums vitae, pero no obtenía ninguna respuesta. Las semanas se convirtieron en meses.
Una tarde estaba caminando a casa, pensando en mi desempleo y la falta de cualquier signo de que las cosas cambiaran. Sentía lástima por mí misma y me costaba mantenerme positiva. La oración me ayudó a salir de ella y recuperar la compostura. Sentir lástima de mí mismo no iba a conseguirme un nuevo trabajo. Necesitaba mantener la esperanza, confiar en Dios y creer que conseguiría algo. En la calle de la ciudad ese día, le pedí ayuda a Dios. Fue una oración corta, pero vino de un lugar profundo. No conseguí trabajo al día siguiente ni al día siguiente. Pero seguí rezando, enviando mi currículum y rezando un poco más.
Recé por el favor de Dios cuando alguien leía mi currículum. Recé para que algo sobre mí, mi experiencia laboral y mis habilidades llamara la atención de la persona que estaba leyendo mi currículum. Le pedí a Dios que me ayudara a no perder la fe en Su presencia y en sus promesas y a creer que algo vendría en mi camino.
Después de varios meses, tuve una posibilidad, pero fracasó. Me decepcioné, pero seguí adelante. Luego recibí una llamada de una organización sin fines de lucro que buscaba un enlace comunitario para un nuevo desarrollo de viviendas. Era una posibilidad remota, pero me llamaron. Recé para que mi entrevista saliera bien. Lo hizo, pero aún había otros que competían por el puesto. Seguí rezando. Varios días después me contactaron y conseguí el trabajo. Resultó ser un trabajo increíble con un jefe increíble.
Aunque este capítulo de mi vida fue un desafío, me enseñó la importancia de integrar la oración con la tarea de trabajar duro por un resultado. Desde entonces, la oración me ha llevado a través de cada búsqueda de trabajo.
Hoy, cada vez que oigo hablar de alguien que busca trabajo, recomiendo hacer contactos, publicar un currículum en sitios web de trabajo, hablar con amigos—¡pero siempre rezando!