Calendario Mundial
Beneficioseditar
Al igual que con otras propuestas de reforma del calendario, los partidarios señalan varios beneficios para el Calendario Mundial sobre el calendario gregoriano actual.
Los proponentes se refieren a su estructura simple. A cada día se le asigna una fecha exacta y repetitiva en relación con la semana y el mes. Las estadísticas trimestrales son más fáciles de comparar, ya que los cuatro trimestres tienen la misma duración cada año. Los ahorros económicos se producen por una menor necesidad de imprimir calendarios porque solo cambia el número de años. Los horarios de trabajo y escolares no necesitan reinventarse innecesariamente, a un gran costo, año tras año. El Calendario Mundial puede ser memorizado por cualquier persona y utilizado de manera similar a un reloj.
Debido a que el Calendario Mundial es perpetuo, no hay necesidad de producir copias de él cada año. Las fechas en el Calendario Mundial ocurren con una diferencia de no más de dos días con respecto a las fechas del calendario gregoriano.
Objeciones religiosaseditar
Los principales oponentes del Calendario Mundial en el siglo XX eran líderes de religiones que adoraban según un ciclo de siete días. Para judíos, cristianos y musulmanes, determinados días de culto son elementos antiguos y fundamentales de su fe.
Los judíos observan el sábado como Shabat, sobre la base del mandato del Decálogo de «acordarse del día de reposo para santificarlo» (Éxodo 20:8). Los cristianos adoran el domingo, el Día del Señor, en el que creen que Cristo resucitó de entre los muertos. Los musulmanes realizan la oración del yumu’ah en las Mezquitas los viernes, el día en que creen que Adán fue creado. Del mismo modo, los adventistas del Séptimo Día están obligados a adorar todos los sábados.
Los adherentes de estas religiones objetan que los días intercalados se cuentan fuera de la semana habitual de siete días y interrumpen el ciclo semanal tradicional. Una semana con un Día Mundial duraría ocho días. Los adherentes de estas religiones insisten en que tendrían que seguir observando sus días festivos cada séptimo día, haciendo que los días de culto se desplazaran un día al año (dos en un año bisiesto), en relación con la semana del Calendario Mundial. El día de descanso ya no coincidiría con el fin de semana.
Estas preocupaciones desempeñaron un papel en la decisión del gobierno de los Estados Unidos, en las Naciones Unidas, en 1955, de no recomendar nuevos estudios.
Los partidarios del Calendario Mundial no niegan que su sistema esté reñido con las tradiciones de una parte significativa de la población mundial, pero argumentan que los Días del Mundo y los Días de Saltos pueden ser tratados como días festivos «dobles» por aquellos que desean mantener la secuencia de la semana de siete días.
ISO 8601editar
El Calendario Mundial, a diferencia de otras propuestas, no es compatible con la norma internacional ISO 8601, que se basa en el calendario gregoriano, pero difiere de él. Difieren en cuanto al primer día de la semana de la semana (domingo vs.lunes), y la norma ISO 8601 no admite fechas intercaladas (por ejemplo, en notación). El Calendario Mundial, sin embargo, modifica el calendario gregoriano menos que otras propuestas de reforma del calendario para lograr las mejoras buscadas de un calendario más simple y perpetuo.