Costo-efectividad de la atención en el hogar
La atención en el hogar es aceptada de manera uniforme por los pacientes, los cuidadores, los profesionales de la salud, los encargados de formular políticas y el público en general como una forma deseable de proporcionar atención a personas discapacitadas y ancianos frágiles. Dada la falta de impacto positivo de la atención en el hogar sobre el estado funcional, el costo y el uso del hogar de ancianos, así como el costo adicional documentado, la investigación futura debe centrarse en los aspectos positivos de las experiencias pasadas. La focalización cuidadosa de los pacientes con más probabilidades de beneficiarse de esta atención ha producido mejores resultados. La satisfacción con el cuidado se ha demostrado de manera consistente. La atención médica administrada en el hogar puede tener el potencial, especialmente el impacto de la participación del médico en la atención del equipo en el uso hospitalario, de contener los costos. La creencia intuitiva de que la atención en el hogar es beneficiosa y un gasto que vale la pena, tanto para los responsables de la formulación de políticas como para los profesionales de la salud, debe investigarse a fondo mediante estudios que examinen cuidadosamente el amplio espectro de beneficios de la atención en el hogar para personas con discapacidad o con enfermedades crónicas en relación con los diferentes niveles de costos que la población y el sistema de atención de la salud pueden absorber. El desafío está aquí, y aquellos que creen en el cuidado en el hogar necesitan hacer uso de los resultados de estos estudios previos, más bien no complementarios. Se necesitan investigaciones adicionales para medir el impacto de la participación activa de los médicos en la prestación de servicios de atención domiciliaria en equipo y el impacto de la atención domiciliaria administrada en el costo de la atención hospitalaria en la población con mayor riesgo de hospitalización recurrente. Esta misma investigación debe documentar no solo una focalización más efectiva de las personas, sino también el mantenimiento de una mayor satisfacción con la atención, el motivo más fuerte de la necesidad de probar la rentabilidad de la atención en el hogar.