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Dr. Srikar R. Adhikari, RDMS

I. Introducción e indicaciones

Las quejas relacionadas con el oído, la nariz y la garganta son una causa común de visitas al departamento de emergencias. Las emergencias otorrinolaringológicas incluyen una amplia variedad de afecciones, como faringitis, amigdalitis, abscesos periamigdalinos, abscesos retrofaríngeos, abscesos dentales y fracturas faciales. Los pacientes suelen presentar dolor, odinofagia, ronquera, hinchazón facial o del cuello. El ultrasonido es un complemento útil para la evaluación clínica de emergencias otorrinolaringológicas, ya que los hallazgos clínicos pueden ser engañosos. Los pacientes que presentan una celulitis obvia pueden tener un absceso subyacente, que se puede pasar por alto. El ultrasonido se ha convertido en una valiosa herramienta de diagnóstico para la evaluación de estas afecciones y se está utilizando en la sala de emergencias para ayudar con el diagnóstico, la localización y el manejo terapéutico. En un paciente con una masa subcutánea, puede determinar si la masa es quística, sólida o compleja, a su vez, diferenciando con éxito entre adenitis, celulitis y absceso. (2,4,5) El ultrasonido también tiene un valor considerable en el diagnóstico de fracturas nasales, fracturas de la zona media y fracturas orbitales en el contexto de un trauma facial.Indicaciones:

  1. Odinofagia / disfagia
  2. Hinchazón facial
  3. Masas en el cuello
  4. Trauma facial

II. Anatomía

Ilustración 1: Descripción general de la anatomía del cuello.

Ilustración 2: Anatomía de sección transversal.

III. Técnica de Escaneo y Hallazgos Normales

A 7.El transductor lineal de 5 a 10 MHz, que tiene baja penetración pero alta resolución, se utiliza para examinar áreas de hinchazón facial y de cuello. El área de interés generalmente se visualiza en al menos dos planos, típicamente los planos longitudinal y transversal. Si se identifica un absceso, se debe tratar de identificar estructuras adyacentes, como vasos, nervios y ganglios linfáticos, en un esfuerzo por evitarlos mientras se drena el absceso. También debe tenerse en cuenta la profundidad del absceso. La mayoría de las máquinas de ultrasonido tienen marcadores en el lado de la pantalla, que indican la profundidad del área que se visualiza. En el entorno de un absceso muy superficial, se puede utilizar una almohadilla acústica para mejorar la resolución de la imagen.

IV. Patología

Absceso periamigdalino
La ecografía es una herramienta valiosa en la evaluación y el manejo de la sospecha de absceso periamigdalino (ATR). Un absceso periamigdalino es la infección profunda más común de la cara y el cuello. Por lo general, comienza como amigdalitis, que luego progresa a celulitis periamigdalina, que a su vez puede convertirse en un absceso periamigdalino. La celulitis periamigdalina generalmente se trata con analgésicos y antibióticos, mientras que un absceso periamigdalino generalmente requiere terapia definitiva, es decir, aspiración o incisión y drenaje. La diferenciación clínica del absceso periamigdalino de la celulitis periamigdalina puede ser difícil. El manejo tradicional ha sido realizar una aspiración diagnóstica con aguja de la fosa amigdalina. La aspiración ciega con aguja conlleva complicaciones graves, como la punción involuntaria de la arteria carótida, la vena yugular o la glándula parótida. Además, la aspiración con aguja ciega tiene una tasa de falsos negativos reportada de 10-24 %. El uso de la ecografía intraoral en el diagnóstico de la ATR está bien establecido. No es invasivo y se realiza rápidamente junto a la cama en el departamento de emergencias. En el entorno de una PTA, proporciona medios para la aspiración guiada. Se utiliza una sonda endovaginal de matriz curva de 5,0 a 10,0 MHz para el ultrasonido intraoral. Se cubre con un guante o condón y se coloca en la cavidad oral sobre el área en cuestión. Se recomienda la aplicación previa de un aerosol anestésico tópico para reducir las náuseas y superar el trismo. Durante la evaluación ecográfica de un ATR, se debe identificar la arteria carótida y su relación con la cavidad del absceso (Figura 1). Generalmente se encuentra posterolateral a la amígdala y dentro de 5-25 mm de una PTA. Ecográficamente, la arteria carótida interna se identifica por su forma anecoica y tubular. Su ubicación debe ser evidente con un escaneo sistemático del área periamigdalina en ambos planos sagital y transversal. Un absceso periamigdalino aparece con mayor frecuencia como una masa quística hipoecoica o compleja. Para la aspiración, se puede insertar una aguja de calibre 18 y 2 pulgadas adyacente al cabezal de la sonda y dirigirla a la cavidad del absceso bajo guía de ultrasonido (Figura 2). La capacidad de tomar imágenes e introducir la aguja simultáneamente permite al médico de urgencias seguir el curso completo de la aguja y prevenir las complicaciones, como la perforación de la arteria carótida. (1,2,4)

Figura 1: Imagen de un absceso periamigdalino. Se visualiza una masa compleja con ecogenicidad mixta. Observe los vasos posteriores a la masa. (Cortesía del Dr. Michael Blaivas)

Ilustración 3: Aparición de absceso periamigdalino.

Figura 2: Se observa una aguja (amarilla) insertándose en la cavidad del absceso para el drenaje. (Cortesía de Michael Blaivas, M. d.)

Absceso facial
Se ha encontrado que el ultrasonido es útil en el diagnóstico y tratamiento de abscesos faciales odontogénicos. Es una herramienta eficaz tanto para confirmar la formación de abscesos en los espacios faciales superficiales como para detectar la etapa de infección. El ultrasonido puede separar masas sólidas de fluidos y determinar el tamaño y la profundidad del área de preocupación, al tiempo que revela estructuras vitales adyacentes, como arterias, venas y nervios. Esta identificación objetiva puede ayudar en la incisión y el drenaje, a la vez que ayuda a evitar complicaciones graves. Es importante tener en cuenta que los abscesos pueden tener una variedad de apariencias ecográficas. La apariencia más común es la de una masa que es hipoecoica o anecoica en relación con las estructuras adyacentes. También pueden aparecer como masas complejas con ecos dispersos que representan restos necróticos, tabiques o gas (Figura 3). El doppler color puede mostrar hiperemia adyacente a la cavidad del absceso y ausencia de flujo dentro de ella. Una vez que se identifica el absceso, se puede usar una ecografía para drenar el absceso en tiempo real. No solo permite la visualización de la aguja o el bisturí, sino que también proporciona un medio para garantizar que la cavidad del absceso se drene adecuadamente.

Figura 3: Absceso facial odontogénico con material anecoico, hiperecoico (gas) e isoecoico dentro de la cavidad del absceso (con un círculo). La mejora acústica posterior también está presente. (Cortesía de Michael Blaivas, M. d.)

Linfadenitis
El ultrasonido es una modalidad de diagnóstico por imágenes útil en la evaluación de masas en el cuello. (3,6) Puede diferenciar entre absceso y linfadenitis cervical. Las características ecográficas de escala de grises y Doppler potente son útiles para diferenciar las masas del cuello. Las características útiles de la escala de grises incluyen tamaño, forma, ecogenicidad, necrosis intranodal y calcificación. Las características importantes del Doppler de potencia incluyen la presencia de un patrón vascular y el desplazamiento de la vascularización. La literatura reciente ha indicado la posibilidad de diferenciar los ganglios linfáticos benignos de los metastásicos mediante la observación de los patrones vasculares en la ecografía de color o Doppler.(7) Los ganglios linfáticos reactivos normales son predominantemente hipoecoicos en comparación con las estructuras circundantes. La linfadenitis aparece como una masa hipoecoica con vascularización hiliar presente en el doppler color (Figura 4), mientras que una cavidad de absceso tiene ausencia de flujo.

Figura 4: Ecografía Doppler a color que muestra un ganglio linfático cervical agrandado (amarillo) con vascularización que sugiere linfadenitis (se muestra con una ventana Doppler a color rojo). (Cortesía de Michael Blaivas, M. D.)

V. Perlas y trampas

  • Se puede lograr una visualización mejorada de la anatomía del cuello colocando al paciente en decúbito supino con el cuello en hiperextensión leve.
  • Comience a escanear con la frecuencia más alta posible / disponible para obtener la mejor resolución.
  • La falta de identificación de estructuras vasculares antes de la ATR o de cualquier drenaje de absceso conlleva un mayor riesgo de complicaciones.
  • Los nódulos quísticos y complejos de tiroides pueden parecer similares a un absceso.
  • Un diagnóstico diferencial poco frecuente de un absceso que se encuentra en el cuello es un quiste lleno de líquido formado por el conducto tirogloso o la hendidura branquial. Utilice su juicio clínico, evaluación Doppler e imágenes adicionales antes de intentar la incisión y el drenaje.

VI. Referencias

  1. Blaivas M, Theodoro D, Duggal S.
    guiada por Ultrasonido drenaje de absceso periamigdalino por el médico de urgencias. Am J Emerg Med.2003;21:155-158.
  2. Lyon M, Blaivas M.
    Ultrasonido intraoral en el diagnóstico y tratamiento de sospecha de absceso periamigdalino en urgencias. Acad Emerg Med.2005;12:85-88.Ying M, Ahuja A, Brook F, Metreweli C.Vascularización y características ecográficas a escala de grises de ganglios linfáticos cervicales normales: variaciones con el tamaño ganglionar. Clin Radiol.2001;56:416-419.
  3. Dewitz A.
    Aplicaciones de tejidos blandos. In: Ma OJ, Mateer J, eds. Ultrasonido de Emergencia. Nueva York: McGraw-Hill,2003: 385.
  4. Promes M.
    aplicaciones diversas. In: Simon B, Snoey E, eds. Ultrasonido en Medicina Ambulatoria y de Emergencia. San Louis: Mosby,1997:250.
  5. Peleg M, Heyman Z, Ardekian L, Taicher S.
    El uso de la ecografía como herramienta de diagnóstico para infecciones superficiales del espacio facial. J Oral Maxilofac Surg. 1998; 56(10): 1129-31; discusión 1132. na D, Lim H, Byun HS, Kim HD, Ko YH, Baek JH.Diagnóstico diferencial de linfadenopatía cervical: utilidad de la ecografía Doppler color. Soy J Roentgenol.1997;168:1311-1316.



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