Linfoma de la Zona Marginal: Tratamiento de vanguardia
A pesar de ser el segundo linfoma no Hodgkin de crecimiento lento (LNH) más común, el linfoma de la zona marginal (LZM) no se ha estudiado suficientemente y, dada su heterogeneidad subyacente de la enfermedad, es difícil definir un enfoque de tratamiento único para estos pacientes. Para la enfermedad localizada, se recomienda terapia local, como terapia triple para H. pylori en LZM extranodal gástrica, esplenectomía para LZM esplénica y radioterapia para LZM ganglionar. Para la enfermedad diseminada con una carga tumoral baja, se puede usar un rituximab de vigilia y espera o de un solo agente. Sin embargo, para la enfermedad sintomática, se puede usar un enfoque similar al linfoma folicular (LF) con enfoques de quimioinmunoterapia como la bendamustina y el rituximab. La captación alta de FDG no es común en el LZM y no es un diagnóstico por sí solo de la transformación en linfoma de grado alto, pero informa sobre la elección del sitio para la biopsia. La transformación en un linfoma de células B grandes se trata con regímenes similares a R-CHOP. Los pacientes con enfermedad recidivante después de al menos una terapia basada en CD20 tienen varias opciones sin quimioterapia recientemente aprobadas, incluidos inhibidores de los receptores de células B como ibrutinib (aprobado específicamente en MZL) y agentes inmunomoduladores como lenalidomida y rituximab (aprobado por la FDA en MZL y FL). Los inhibidores de la fosfoinositida 3-quinasa (PI3K) han mostrado una excelente actividad en el LNH, específicamente en el LZM, con un estado de designación de avance para el copanlisib y el umbralisib, lo que permite el uso de esta clase de agentes en la práctica clínica sin indicación de la etiqueta. Con la disponibilidad de ensayos clínicos prospectivos que utilizan enfoques sin quimioterapia, específicamente aquellos que se dirigen a vías de señalización anormales activadas en tumores con LZM y su microambiente, se alienta a los médicos tratantes a inscribir a los pacientes en estos ensayos clínicos para comprender mejor la biología subyacente, los mecanismos de respuesta y la resistencia a las terapias actuales y ayudar a diseñar estrategias de combinación racionales futuras.