¿Qué Hace Tu Amígdala?

¿Alguna vez te ha sorprendido la emoción? Estás caminando, ocupándote de tus propios asuntos, cuando escuchas un breve fragmento de una canción de hace mucho tiempo. De repente, de la nada, tienes ganas de llorar.

Es como si alguien activara un interruptor dentro de tu cerebro para ponerte triste. Tal vez es porque la canción te recuerda a alguien que no has visto en mucho tiempo. ¿No es una locura cómo nuestras emociones pueden cambiar tan rápidamente a veces?

Si bien no hay nada que parezca un interruptor de luz dentro de tu cerebro que controle tus emociones, hay una parte especial del cerebro que los expertos creen que desempeña un papel fundamental en la forma en que los seres humanos experimentan, procesan y reconocen las emociones. Los científicos la llaman amígdala.

La amígdala consiste en un grupo de neuronas y tiene forma de almendra. De hecho, el nombre «amígdala «proviene de la palabra griega para «almendra».»

En realidad tienes dos amígdalas (¡eso significa más de una amígdala! en lo profundo de tu cerebro. Se pueden encontrar cerca del hipocampo en la parte frontal del lóbulo temporal del cerebro. Las amígdalas se consideran parte del sistema límbico del cuerpo.

Los científicos han aprendido que la amígdala desempeña un papel clave en el procesamiento de las emociones, como el miedo, el placer y la ira. Además de ayudarte a sentir emociones particulares, también te ayuda a percibir emociones en otros, especialmente las relacionadas con la supervivencia.

Junto con las emociones, la amígdala determina qué recuerdos se almacenan en el cerebro. Los expertos piensan que el tipo de respuesta emocional que causa un evento afecta qué recuerdos se guardan.

Aunque la amígdala controla el procesamiento de una variedad de emociones, a menudo está más estrechamente asociada con el miedo. Los científicos han aprendido que la amígdala controla las respuestas autónomas del cuerpo asociadas con el miedo.

De hecho, los científicos han estudiado a personas a las que se les ha destruido la amígdala como resultado de un trauma, como un accidente cerebrovascular. Estas personas podían reconocer expresiones faciales asociadas con casi todas las emociones, excepto el miedo.

Desafortunadamente, a veces la amígdala no siempre funciona como debería. Los científicos que estudian el cerebro piensan que ciertas afecciones, como la ansiedad, la depresión, las fobias, el autismo y el trastorno de estrés postraumático, pueden estar relacionadas con el funcionamiento anormal de la amígdala.



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