Resumen 309: Alta Incidencia de Asistolia Postshock en FV con Valores Bajos de AMSA

Propósito: La desfibrilación temprana es crítica para la supervivencia de un paro cardíaco. Sin embargo, la desfibrilación suele ir seguida de asistolia o actividad eléctrica sin pulso (PEA) en el entorno prehospitalario. Se ha demostrado que estos ritmos post-shock no perfundidos tienen un pronóstico peor que la asistolia primaria o el PEA. En el presente estudio, se utilizaron datos del registro de paros cardíacos extrahospitalarios (ACO) para investigar la relación entre el valor del área de espectro de amplitud (AMSA) antes del choque y la incidencia de asistolia después del choque.

Materiales y métodos: Se incluyó en este estudio a un total de 543 pacientes tratados por proveedores de urgencias después de ACO con FV como ritmo de presentación. Todos los choques de desfibrilación se intentaron con desfibriladores externos automáticos ZOLL que emplean forma de onda bifásica rectilínea. La frecuencia de muestreo del ECG fue de 250 Hz y solo se analizaron los choques iniciales (120J). Los AMSA se calcularon a partir de un episodio de forma de onda de 2,05 segundos que terminó en 0,5 segundos antes de cada intento de choque. Los ritmos post-shock fueron anotados como FV, asistolia / PEA y tROSC. El tROSC se definió como un ritmo organizado que estuvo presente durante un mínimo de 30 segundos, comenzó dentro de los 60 segundos posteriores al choque y tuvo una velocidad de 40 latidos por minuto o mayor.

Resultados: Los ritmos post-choque y las lecturas de AMSA asociadas se muestran en la Figura. La aparición de asistolia post-shock disminuyó exponencialmente a medida que aumentaba el valor de AMSA. Entre los casos con AMSA<3 mvHz (N=28) la desfibrilación resultó en asistolia post-shock del 77,8% y otros ritmos no perfundidos del 22,2% sin ningún caso de tROSC.

Conclusiones: En esta población de pacientes, para FV con AMSA muy baja (<3 mvHz), el ritmo post-shock predominante fue la asistolia y no se pudo restablecer el ritmo de perfusión solo mediante desfibrilación. Es posible que estos pacientes no se beneficien de la desfibrilación temprana, pero pueden requerir RCP adicional para crear perfusión miocárdica. La AMSA puede ser útil para cuantificar la FV fina a fin de evitar choques inútiles y, en su lugar, continuar con la RCP.



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