Síntomas y diagnóstico
Como usted sabe, comprender qué buscar desempeña un papel importante en el diagnóstico del melanoma cutáneo (de la piel). Por ejemplo, tener 50 lunares o más lo pone en mayor riesgo. Aunque muchos de estos lunares son inofensivos, es fundamental notar cambios en su tamaño, forma o color, ya que pueden ser signos de melanoma.
Una señal de advertencia clave es un punto nuevo o un punto que se ve diferente de otros puntos de la piel. Según la Sociedad Americana del Cáncer, la regla ABCDE puede ser útil para identificar un melanoma.
- Asimetría: La mitad de un lunar o marca de nacimiento se ve diferente de la otra mitad
- Borde: Bordes irregulares
- Color: El color no es uniforme; puede incluir tonos marrones o negros; también puede ser rosado, rojo, blanco o azul
- Diámetro: Más de ¼ de pulgada, aunque los melanomas pueden ser más pequeños
- Evolución: El lunar está cambiando de tamaño, forma o color
Otros signos de advertencia de melanoma puede incluir una llaga que no cicatriza, enrojecimiento o hinchazón, y picazón o sensibilidad. A veces, un lunar canceroso incluso supura o sangra. Dado que existe una gran variabilidad de un lunar a otro, es importante que hable con su médico si nota alguno de estos síntomas.
Con la detección y el tratamiento tempranos, los pacientes con melanoma cutáneo, el tipo de cáncer de piel más agresivo, tienen una buena probabilidad de recuperación.
Solo una biopsia de piel puede determinar su diagnóstico
El melanoma es diagnosticado por un dermatólogo que examina la piel del paciente en busca de lunares o manchas sospechosas. A veces, el dermatólogo utilizará un dispositivo llamado dermoscopio para ampliar y iluminar la piel con el fin de obtener una mejor visión de sus pigmentos y estructura.
Si su médico sospecha de melanoma, primero realizará una biopsia de piel, lo que significa tomar una muestra de tejido para que la examine un patólogo. Esto puede implicar eliminar todo el lunar o una parte de él. El diagnóstico de melanoma solo se puede confirmar mediante el análisis de la muestra de biopsia.
Melanomas (izquierda) versus lunares normales (derecha)
Hay varios tipos de biopsias de piel que se utilizan para diagnosticar el melanoma, como la biopsia por punzón, afeitado y escisión. Estos implican la extracción de varias capas de piel, que luego se envían a un laboratorio y se examinan bajo un microscopio. Sin embargo, en una biopsia por escisión, el médico extirpa todo el tumor.
La muestra sospechosa se prepara con una solución conservante (formalina) y luego se coloca en un bloque de cera (parafina). Luego, un patólogo corta una porción del tejido del bloque de cera, la tiñe y la examina al microscopio. Este procedimiento se denomina histopatología. Si la muestra contiene melanoma, el patólogo buscará ciertas características, como el grosor del tumor, la tasa mitótica (la porción de células que se están dividiendo activamente) y el estado de ulceración. Estas características pueden indicar si el melanoma se puede haber diseminado, lo que a su vez afecta el tratamiento y el pronóstico recomendados.
Biopsia de ganglio linfático centinela:Si su médico sospecha un alto potencial de metástasis
Si se encuentra melanoma en la piel y las características sugieren una probabilidad de metástasis, el siguiente paso puede ser una biopsia de los ganglios linfáticos cercanos (centinela) para determinar si el cáncer se diseminó a través del sistema linfático del cuerpo. Este procedimiento se denomina biopsia de ganglio linfático centinela, a menudo abreviado como BGLC.
Los ganglios linfáticos centinela suelen ser el primer lugar al que va el melanoma si ha hecho metástasis, aunque también puede diseminarse a través de la sangre. Para encontrar los ganglios centinela, el cirujano inyecta un líquido radiactivo o un tinte (o ambos) en el área del melanoma y luego comprueba qué ganglios son los primeros en drenar el líquido de la piel. A continuación, el cirujano determina qué ganglios linfáticos han absorbido radiación o se han puesto azules y extrae estos ganglios para que los examine un patólogo bajo un microscopio. Si se detectan células cancerosas, también se extirpan los otros ganglios linfáticos de esta área. Sin embargo, si los ganglios centinela no contienen células cancerosas, por lo general, el médico no realizará más cirugías de ganglios linfáticos.
Existen otros tipos de biopsias que se pueden usar para detectar metástasis. La biopsia por aspiración con aguja fina, a menudo abreviada como FNAB, se realiza si el médico sospecha que el melanoma se ha diseminado a los ganglios linfáticos cercanos o a órganos como los pulmones o el hígado. En este procedimiento, se utiliza una aguja delgada para extraer una pequeña muestra de tejido para un análisis posterior.
En una biopsia quirúrgica (escisión) de ganglios linfáticos, se extrae un ganglio linfático a través de una pequeña incisión en la piel. Si el ganglio linfático está en lo profundo del cuerpo, necesitará anestesia general. Este procedimiento es preferible si un ganglio linfático está lo suficientemente hinchado como para sugerir que el cáncer se puede haber diseminado.