Tiburones de banco de arena

Encontrados en todos los océanos del mundo, los tiburones de banco de arena son más comunes en aguas costeras profundas. Esta especie ha sido documentada en áreas intermareales hasta unos 900 pies de profundidad. El tiburón banco de arena es de color gris claro o bronceado con blanco en su lado ventral. Al carecer de marcas distintivas, su aleta dorsal alta es una característica distintiva. La longitud máxima registrada para un banco de arena en Hawai’i es de 6,4 pies, mientras que la longitud promedio es de 5 pies.

Con una dieta variable, los tiburones de banco de arena son oportunistas, se alimentan de peces óseos, cefalópodos, crustáceos, otros tiburones y rayas. La temporada de cría es de julio a septiembre, con un tamaño de camada que varía de uno a ocho crías. El período de gestación dura 11-12 meses y el tamaño de nacimiento es de 25 pulgadas para los tiburones de banco de arena.

Las especies de elasmobranquios, que incluyen tiburones, rayas y patines, tienen la capacidad de detectar señales electromagnéticas provenientes de los movimientos musculares de otros organismos. Una concentración de poros cerca de las fosas nasales, alrededor de la cabeza y en la parte inferior del hocico llamada ampolla de Lorenzini detecta la señal eléctrica emitida por organismos vivos. Cuando la luz es escasa en aguas turbias o en profundidades y la visión está deteriorada, este sexto sentido es útil para localizar presas. En algunas especies, la electrorrecepción también se usa como brújula durante la migración.

Los tiburones desempeñan un papel crucial como superpredadores para mantener equilibrados los ecosistemas marinos y eliminar a los animales enfermos, heridos y enfermos. En Hawai, los tiburones eran adorados, cuidados y protegidos como un ‘aumakua, o deidad familiar, mientras que otros veían a los tiburones como una fuente importante de alimentos y herramientas. Aquellos que tenían al tiburón como su ‘ aumakua no cazaban ni comían tiburones. Creían que sus ancestros difuntos tomaban la forma de un tiburón, por lo tanto, alimentarían y protegerían al tiburón y, a cambio, el tiburón protegería a la familia. Las historias de tiburones son muy frecuentes en la literatura hawaiana y son una lectura fascinante. Como asesor cultural hawaiano del Maui Ocean Center, Kahu Dane Maxwell bendice a cada tiburón que entra o sale del parque.

*Debido a la rotación constante de los animales de vuelta al océano, no se puede garantizar la presencia de ningún animal específico.



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