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INTERACCIONES ENTRE CATECOLAMINAS Y NEUROPÉPTIDOS EN CIRCUITOS Y SUBCIRCUITOS QUE MEDIAN LAS RESPUESTAS AL ESTRÉS

Varias contribuciones a este volumen describen los avances recientes en nuestra comprensión de los sistemas de salida final que se muestran en la Fig. 18.1, es decir, cómo la corteza suprarrenal, la médula suprarrenal y las neuronas simpáticas postganglionares afectan las respuestas agudas al estrés y transducen adaptativamente las respuestas crónicas al estrés. Los circuitos del SNC que median las respuestas de estrés agudo y crónico, sin embargo, no están por encima de la refriega después de causar la activación de los ejes representados en la Fig. 18.1 (y véase Stroth et al., 2011). Más bien, el cerebro se ve afectado por glucocorticoides generados periféricamente y cambios metabólicos dependientes de catecolaminas que ocurren en el estrés agudo y crónico. Una clara indicación de esto son los comportamientos adaptativos y inadaptados asociados con el estrés psicológico crónico que incluyen depresión, comer en exceso, trastornos del sueño y desregulación inmunitaria y, quizás, de la manera más dramática clínicamente, el trastorno de estrés postraumático (TEPT).

el Estrés sistemas efectores. Adaptado de Stroth, Holighaus, Ait-Ali, & Eiden, 2011.

Las contribuciones a este volumen sobre las interacciones neuropéptido–catecolamina en el estrés, a continuación de esta descripción general, se resumen en una imagen general de los sistemas catecolamina–neuropéptido que están «intercalados» entre la respuesta de excitación transmitida desde el sensorio al cerebro en gran parte a través del sistema noradrenérgico del CP, y el sistema efector final que se muestra en la Fig. 18.1, una producción híbrida de catecolaminas / corticosteroides. En el Capítulo 21, Tomris Mustafa resume el papel de la PACAP como un neuropéptido importante en la modulación de la respuesta al estrés en varios niveles. En primer lugar, la PACAP se libera del nervio esplácnico durante el estrés agudo y crónico, ya sea sistémico/físico (hipoglucemia, resfriado, sepsis) o psicogénico/psicológico (inmovilización/inmovilización, derrota social) para permitir la liberación de catecolaminas. En segundo lugar, el PACAP controla la activación del eje HPA a nivel central, pero este nivel de control es operativo solo para el estrés psicogénico, y no para la respuesta sistémica al estrés.

Este control parece ejercerse principalmente a nivel de activación de las neuronas CRH en el hipotálamo paraventricular. En el Capítulo 20, Watts y Kahn describen elegantemente la regulación completamente complementaria de la CRH durante el estrés sistémico, pero no psicogénico, por insumos noradrenérgicos (presumiblemente derivados principalmente de grupos de células madre cerebrales noradrenérgicas A1 / A2), ver Itoi et al. en el capítulo 8 de este volumen). Es probable que esta regulación esté mediada por un control preciso dependiente de ERK de la síntesis de CRH y la secreción de CRH en la circulación portal, el efector final real para la liberación de ACTH pituitaria y la subsiguiente secreción hormonal de corticosterona/cortisol.

El LC, además de mediar la ganancia de la respuesta inicial al estrés, es «copiado con carbón» en la activación de neuronas CRH por retroalimentación de proyecciones de la amígdala, así como potencialmente del PVN, de regreso al LC, como lo describen Van Bockstaele y Valentino en el Capítulo 19 de este volumen. Múltiples otras entradas opiopeptídergicas al CP desde estaciones límbicas (dinorfina), y a través de corelease con otros transmisores de la IGp, la vía a través de la cual el CP se activa por primera vez por señales/estímulos sensoriales (encefalina) pueden ser los sustratos a través de los cuales los agonistas y antagonistas de los péptidos opiáceos, y los antagonistas de la CRH, pueden ejercer efectos marcados sobre la anhedonia dependiente del estrés, la depresión y la disfunción cognitiva.



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