Conclusiones
El Comité Permanente de Asuntos Jurídicos y Constitucionales del Senado
¿Sienten dolor los Invertebrados?
Los invertebrados se definen clásicamente como animales que carecen de una espina dorsal o cordón nervioso dorsal1, como insectos, crustáceos (por ejemplo, camarones, langostas y cangrejos) y moluscos (por ejemplo, almejas, caracoles y calamares). Tradicionalmente, estos animales no han sido incluidos en la legislación relativa a la crueldad hacia los animales2.
El dolor es definido por la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) como «Una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con daño tisular real o potencial o descrita en términos de dicho daño» 3. El componente subjetivo y emocional del dolor se considera su aspecto importante, no la activación de sensores de dolor (nociceptores) en el cuerpo. La IASP deja en claro que «La actividad inducida en las vías nociceptivas por un estímulo nocivo no es dolor, que siempre es un estado psicológico, aunque podamos apreciar que el dolor en la mayoría de los casos tiene una causa física próxima»3. En otras palabras, los únicos animales capaces de sentir dolor son aquellos que pueden sentir miedo, ansiedad, angustia y terror, similar a lo que sienten los humanos cuando reciben estímulos nocivos.
Casi todos los organismos, incluidas las bacterias, intentarán escapar de un estímulo vertiginoso4. Debido a que se cree que las características no son capaces de sentir dolor (por ejemplo, carecen de un sistema nervioso), poseer una respuesta de escape a un estímulo aversivo no es suficiente evidencia para demostrar que una especie es capaz de sentir dolor. Para inferir que un vertebrado no humano (mamíferos, aves y reptiles) está enfermo, los investigadores se basan en las vocalizaciones y las respuestas fisiológicas (por ejemplo, la liberación de hormonas del estrés) que produce un animal cuando se enfrenta a un estímulo vertiginoso2. Debido a que estas respuestas son similares a las nuestras cuando sufrimos, los investigadores argumentan que, por analogía, los animales que muestran estas respuestas también sufren dolor2. Esta técnica no se puede utilizar con invertebrados. La fisiología de los invertebrados es diferente de la nuestra propia1. Los invertebrados se separaron de los vertebrados hace cientos de millones de años1.
Los científicos han utilizado tres líneas de razonamiento para evaluar la probabilidad de que los invertebrados sean capaces de sentir dolor5.
- La función evolutiva de dolor
- neuronales en la capacidad de invertebrados
- El comportamiento de los invertebrados
1. La función evolutiva del dolor.
En vertebrados, se cree que el dolor es una herramienta educativa importante6. Los vertebrados son criaturas de vida relativamente larga y aprenden muchas formas de su comportamiento. El aprendizaje del dolor (y el placer) juega un papel vital en el desarrollo de su comportamiento6.
Casi todos los invertebrados son de corta vida y se piensa que su comportamiento está determinado en gran medida genéticamente 7. Por lo tanto, hay menos presión evolutiva para seleccionar la evolución del dolor en este grupo de animales6.
2. La capacidad neuronal de los invertebrados.
A excepción de los cefalópodos, los invertebrados tienen sistemas nerviosos pequeños,que consisten en muchos cerebros pequeños (ganglios). Debido al pequeño número de neuronas y a la organización distribuida de sus sistemas nerviosos, se cree que los invertebrados tienen una capacidad cognoscitiva6 limitada. Se considera que una alta capacidad cognoscitiva es un requisito previo para el desarrollo de una respuesta anemocional6.
3. El comportamiento de los invertebrados
Los invertebrados muestran pocos, si es que alguno, de los comportamientos que reconoceríamos como evidencia de emotiva6. Muchos invertebrados son caníbales, y muchos se comen a sus crías cuando se les da la oportunidad. La mayoría no tienen comportamiento social. Aunque pueden responder vigorosamente a estímulos nocivos, incluso esta respuesta es inconsistente. Los insectos, por ejemplo, continuarán con su actividad normal incluso después de una lesión grave. Un insecto que camina con un tarso aplastado (parte inferior de la pierna) continuará colocándolo en el suelo con una fuerza sin disminuir. Las langostas se retuercen cuando se rocían con DDT. Sin embargo, también continuarán alimentándose mientras son comidos por una mántida orante6.
Los cefalópodos
Los comités de cuidado de animales a veces les otorgan un estatus especial (p. ej. CCAC) porque tienen un sistema nervioso central grande, similar a los vertebrados,que es aproximadamente del mismo tamaño que el de un pece8. En el Reino Unido, estos animales tienen cierta protección legal, sin embargo, en los Estados Unidos no lo tienen.
Aunque tienen cerebros grandes, todos los cefalópodos coleoides (calamares,pulpos y sepias) tienen una vida corta 8. La mayoría vive menos de un año. No hay cuidado parental 8. La ausencia de cuidado parental sugiere que la mayor parte de su comportamiento es determinado genéticamente (es decir, deben ser capaces de cazar, esconderse de los depredadores, comunicarse, etc.). sin instrucción de otros de su especie). Son capaces de aprender, pero sus habilidades son a veces mayores,a veces menores que las de los peces8,9. La mayoría son muy caníbales, incluso los calamar escolares. No sabemos nada de su respuesta hormonal al estrés, y por lo tanto no podemos determinar si tienen una respuesta fisiológica que se asemeje a la nuestra cuando se enfrentan a estímulos aversivos. Entendemos muy poco sobre su sistema de comunicación visual y, por lo tanto, no sabemos si hacen señales «específicas para el dolor». Dados nuestros tres criterios anteriores, tenemos muy poca evidencia de que estos animales sientan dolor. Sin embargo, es posible que a medida que aprendemos más sobre ellos, encontremos evidencia que sugiera que son capaces de sentir dolor.
Aunque es imposible conocer con certeza la experiencia subjetiva de otro animal, el balance de la evidencia sugiere que la mayoría de los vertebrados no sienten dolor. La evidencia es más robusta para los insectos y, para estos animales, el consenso es que no sienten dolor6.
1. Brusca Rand Brusca G. 2002. Los Invertebrados. 2nd edition. Sinauer.
2. Animal Behaviour Society, 2003. Anim. Behav. 65: 649-655
3. Asociación Internacional para el Estudio del Dolor. www.iasp-pain.org/terms-p.html
4. Berg, H 1975. Naturaleza. 254: 389-392
5. Sherwin, C2001. Anim. Bienestar. 10: S103-S118
6. Eisemann Cet al. 1984. Experientia 40: 164-167
7. Drickamer L et al. 2001. Comportamiento animal: Mecanismos, Ecología y Evolución. 5ª edición.McGraw-Hill.
8. Hanlon Rand Messenger J 1996. Comportamiento de cefalópodos, Cambridge Univ. Pulsar.
9. Boal J etal. 2000. Behav. Procesa. 52: 141-153